La reina pone una gran cantidad de huevos, que pueden ser de dos clases: huevos fecundados, de los que nacerán hembras (obreras o reinas), y huevos no fecundados, de los que saldrán machos.
Las obreras trasladan los diminuios huevos a unas cámaras especiales y los limpian y humedecen constantemente con su saliva. Poco después nacen las larvas, que no tienen palas y necesitan comer mucho para desarrollarse; su aspecto es muy diferente al de los adultos.
A medida que las larvas crecen cambian varias veces de piel hasta completar su crecimiento: después de realizar la última muda se transforman en ninfas.
En esta etapa del ciclo, la mayoría teje un capullo de seda que las protege; son los llamados huevos de hormiga.
Durante este periodo, no se alimentan y las obreras las llevan a otras cámaras. más secas y cálidas, que Favorecen su desarrollo.
Poco a poco, su cuerpo va cambiando y una vez finalizada la metamorfosis. es decir, las sucesivas lases de su transformación, se convertirán en adultos.
Algunas larvas no fabrican estos capullos y permanecen desprotegidas en la fase de ninfa; entonces se puede ver cómo van adquiriendo el aspecto definitivo.
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