lunes, 9 de marzo de 2009

HÁBILES HILANDERAS

Las hormigas tejedoras lubrican unos nidos muy peculiares uniendo las hojas de los árboles con los hilos de seda que tejen sus larvas.
Un grupo de obreras se agarra con las patas al borde de una hoja e intenta alcanzar el borde de otra, que sujetarán con las mandíbulas.
Luego tiran de los dos extremos para juntarlos.

Si las hojas están muy separadas, rumian una larga cadena aferrándose unas a otras hasta que logran alcanzar su objetivo.

Otras obreras sujetan a varias larvas entre las mandíbulas y las llevan de una hoja a otra hasta que estas quedan bien unidas por los hilos de seda segregados por la larva.
Poco a poco, van soldando las hojas entre sí y construyendo el nido, que cuelga de las ramas como si fuera un enorme capullo.

Las hormigas reparan constantemente el nido y lo amplían a medida que la colonia crece.
Otras especies prefieren instalar sus nidos en los troncos de los árboles.
Estas hormigas carpinteras abren las galerías de su hormiguero en los viejos troncos horadando la madera con sus poderosas mandíbulas.

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